Diseñar un jardín de cero parece, a priori, una tarea complicada. No obstante, resulta más fácil de lo que aparenta. Basta con tener un pequeño patio, terraza o balcón y dejar espacio tanto para la naturaleza como para el bienestar, e incorporar mobiliario cómodo acorde con el ambiente.

Mobiliario exterior: sillas de plastico reforzadas

Pero ¿qué sería de un jardín si no hubiera espacio también para las sillas, los sillones o las tumbonas? El plástico reforzado constituye, de hecho, un material ideal para soportar perfectamente las diferentes inclemencias del tiempo (calor, sol, viento, lluvia o incluso granizo, fruto de las tormentas veraniegas).

Combinan a la perfección con mesas altas y bajas y muchas se guardan de forma realmente cómoda, acoplándose unas encima de otras. En general, la resina o el polipropileno son los principales materiales de este mobiliario.

Las tumbonas, por su parte, permiten tomar el sol, tumbarse al fresco o dormir la siesta. Si se acompaña de una mesa baja, se puede tomar un cóctel cómodamente frente a la piscina o el jardín. Las sombrillas o los toldos se encargan de poner la sombra correcta.

En locales y establecimientos, o incluso en el hogar propio, existen también estupendas mesas de catering, donde preparar un bufé libre improvisado. Los taburetes con mesas altas son igualmente una constante del diseño moderno. Asemejan barras de bar donde servir bebidas frías y tapas varias.

Plantas, pieza clave en el diseño de jardines

No hay nada mejor, para conseguir unas líneas claras y amplias, que el empleo de las plantas. El césped, en el caso de suelos de arena, resulta obligatorio, pero también pueden servir maceteras en las esquinas o tiestos colgantes en los pisos de asfalto.

No obstante, se recomienda siempre utilizar plantas autóctonas, pues se adaptarán de pleno al terreno y supondrán un menor gasto de agua y unos cuidados más fáciles. Los arbustos, las gramíneas, pero también los pinos o las encinas, resultan los más fieles aliados, a la hora de dar sombra y oxígeno.

También se pueden crear invernaderos, con el fin de tener flores y plantas a lo largo de todo el año, además de unas bonitas vistas desde el interior. Las clásicas parras nunca han pasado tampoco de moda. Constituyen una sombra perfectamente natural y, además, se puede disfrutar de las uvas en época de vendimia.

Caminos de piedra, tocones, tarima de madera y luces estratégicamente situadas aportarán el toque perfecto y último de modernidad. Celosías, techos de cristal, piscinas o estanques ponen la guinda final, así como el toque de frescor o intimidad necesarios.